jueves, 29 de mayo de 2014

Importancia de la Siesta en los Bebés




"La siesta es un período en el que el cerebro precisa de un breve descanso (entre las dos y las cuatro de la tarde). Por eso, tenemos sueño en este periodo de tiempo. La digestión produce un pequeño estado de sueño que se une a la siesta", afirma el conocido neurofisiólogo Eduard Estivill, quien acredita que "la siesta para los niños hasta los cinco años es imprescindible".
Los expertos insisten que el sueño de los niños es tan importante cuánto su alimentación. Al dormir, los niños reponen energías y se relajan al mismo tiempo. El hábito de la siesta, es fundamental para su desarrollo. Por esta razón, los padres deben insistir a que sus hijos hagan siesta por lo menos, según los expertos, en los cinco primeros años de vida.
Con el acelerado desarrollo físico y mental que experimentan los niños durante la primera infancia, las siestas proporcionan al cuerpo y a la mente el tiempo de descanso que necesitan para crecer y reponer fuerzas.
Las siestas también impiden que los niños lleguen a estados de agotamiento, algo que no solo repercute negativamente sobre su estado de ánimo sino que les dificulta conciliar el sueño por la noche.
A muchos padres les preocupa que el hecho de que sus hijos hagan la siesta durante el día pueda interferir con su patrón de sueño nocturno, dificultando que concilien en sueño por las noches. Pero, antes de eliminar completamente las siestas en un intento de que su hijo llegue a las noches agotado, para que concilie mejor el sueño, considere lo siguiente: los niños que han descansado por la tarde se tranquilizan más deprisa por la noche que los que están completamente agotados.
Los niños que se acuestan por las noches demasiado cansados, por no haber hecho siesta,  suelen estar demasiado activados, nerviosos e inquietos, les cuesta mucho tranquilizarse para poder conciliar el sueño y son más proclives a despertarse a media noche.
 
 

miércoles, 28 de mayo de 2014

Los Cien Lenguajes de los Niños

El niño
está hecho de cien.
El niño tiene cien lenguas
cien manos
cien pensamientos
cien maneras de pensar
de jugar y de hablar
cien siempre cien
maneras de escuchar
de sorprenderse de amar
cien alegrías
para cantar y entender
cien mundos
que descubrir
cien mundos
que inventar
cien mundos
que soñar.
El niño tiene
cien lenguas
(y además de cien cien cien)
pero le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura
le separan la cabeza del cuerpo.
Le dicen:
de pensar sin manos
de actuar sin cabeza
de escuchar y no hablar
de entender sin alegría
de amar y sorprenderse
sólo en Pascua y en Navidad.
Le dicen:
que descubra el mundo que ya existe
y de cien le roban noventa y nueve.
Le dicen:
que el juego y el trabajo
la realidad y la fantasía
la ciencia y la imaginación
el cielo y la tierra
la razón y el sueño
son cosas que no van juntas
Y le dicen
que el cien no existe
El niño dice:
“en cambio el cien existe”.
                  Loris Malaguzzi
 

El Juego libre y su relación con la Autoestima y desarrollo Social


El Juego Libre:


Los niños que juegan libres serán adultos con mayor autoestima y capacidad de adaptación
Un estudio señala que el juego no estructurado resulta beneficioso a largo plazo.
Una encuesta realizada en Alemania refleja que las personas que tuvieron tiempo libre de niños, para jugar de forma no estructurada, son más flexibles y adaptables a las circunstancias de adultos.
Los investigadores encontraron una correlación positiva significativa entre haber tenido tiempo suficiente para jugar libremente en la infancia y el éxito social del adulto.
También se halló un vínculo entre el tiempo libre de los niños y una alta autoestima y la flexibilidad para ajustar las metas personales.
El juego libre, argumentan, permite a los niños desarrollar la flexibilidad necesaria para adaptarse a las circunstancias y ambientes cambiantes, una habilidad que es muy útil cuando la vida se vuelve impredecible en la edad adulta.
Así que puede que a los padres les interese que sus hijos tengan el tiempo y la libertad para jugar y explorar a su propio ritmo. Orientarlos puede ser estupendo, pero como esta investigación nos recuerda, hay muchos tipos de experiencias de aprendizaje, y algunas de las menos formales pueden valer la pena a largo plazo.